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domingo, 4 de marzo de 2012

Esponjas que limpian males

Ana García Cabado (segunda por la derecha, de pie), con el equipo que dirige. EPL


25/02/2012 - Mar M. Louzao / El Progreso (Lugo)
Las esponjas de mar pueden tener más usos, y de mayor relevancia, que el de utensilio de ducha. Estos invertebrados ya han dado lugar a productos farmacéuticos en otras partes del mundo, pero las posibilidades de las esponjas que pueblan el lecho marino gallego eran hasta ahora desconocidas. Sin embargo, un grupo de investigadores de Anfaco-Cecopesca (Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas y Mariscos), coordinado por la lucense Ana García Cabado, ha determinado que existen al menos cuatro especies con propiedades antitumorales y antibacterianas.
La investigación sobre esponjas surgió a raíz de la preocupación de los asociados de Anfaco por los organismos marinos que crecen en las bateas e impiden el crecimiento óptimo del mejillón. El equipo se decidió entonces a pedir una subvención para estudiarlos a fondo y la Xunta de Galicia les concedió una ayuda para investigar la posibilidad de obtener compuestos bioactivos aprovechables para la industria farmacéutica o médica a partir de las esponjas.
El objetivo no es nuevo, explica García Cabado, «Hay bastantes estudios en esponjas marinas, pero en aguas más cálidas. Aquí no se había hecho nada». Para la investigación -cuyo autor principal fue Jorge Lago y en el que Martiña Ferreira se ocupó de los ensayos en laboratorio- se utilizaron esponjas recogidas en la zona de Baiona, con marea baja, y algunas aportadas por buzos de las bateas. En total, se trabajó con 15 especies. Además, se desarrolló una segunda línea para intentar cultivarlas en laboratorio y no depender solo del medio marino.
La investigación demostró que cuatro de las especies estudiadas presentaban la capacidad de inhibir el crecimiento de células tumorales humanas, pero aún no se ha determinado cuál es exactamente el compuesto que tiene esa virtud. Ese es la fase en la que se encuentra ahora el estudio, cuya financiación se ha agotado.
Según Ana García Cabado, el grupo intentará conseguir nuevas aportaciones y, a la vez, continuar con la depuración en el marco de otro proyecto europeo que están desarrollando. Los esfuerzos para cultivar las esponjas in vitro también han dado resultados, pero no todo lo satisfactorios que cabría esperar. «Es muy difícil mantenerlas en cultivo. Lo hemos logrado durante un mes o un mes y medio, pero nada más», explica la investigadora lucense.
Trayectoria
Ana García Cabado estudió Biología en Lugo y Santiago y realizó luego su tesis en el departamento de Farmacología, que dirige Luis Botana en la facultad de Veterinaria. Aunque su trabajo doctoral versó sobre alergias, en el grupo se inició en la investigación de biotoxinas marinas. García Cabado completó su formación con una estancia postdoctoral en Toronto, en el Hospital for Sick Children, donde siguió investigando sobre fisiología celular.
Regresó a Galicia con un contrato de reincorporación para doctores y se integró de nuevo en el grupo de Farmacología lucense, hasta que le surgió el contrato con Anfaco-Cecopesca y la oportunidad de trasladarse a Vigo, un destino que le convenía por razones personales. Allí llevó el Servicio de Microbiología y dirigió un grupo de investigación, hasta que hace un par de meses fue nombrada coordinadora del área científica.
El grupo de Anfaco-Cefopesca está especialmente orientado a la valorización de los subproductos de la industria, la minimización de residuos y la búsqueda de nuevas especies, también con fines médicos. «El mar está por descubrir. Estoy segura de que podríamos encontrar un montón de compuestos útiles», asegura la investigadora lucense.

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