Todo ocurre en nuestra cabeza, en nuestra
mente, una película imaginaria que nunca ha ocurrido pero que tenemos miedo a
vivir. “¿Lanzo la pregunta o no?”, “Seguro que me dice que no”, “Ya se lo
habrán preguntado antes”. ¿Te suenan esas excusas?
Porque para que lo sepas, todas las frases
anteriores, aunque alguna de ellas se esconda tras preguntas inocentes, son
excusas.
Quiero ponerte un ejemplo con algo que me sucedió hace unos
días. Fui a cenar con mi mujer a un restaurante de Barcelona en el que probé
uno de los mejores arroces que he probado en mi vida.
Tal arroz
merecía todos mis respetos y pensé que sería una buena idea dejar un comentario
en su página de Facebook. Cojo el móvil y me pongo a buscar su página mientras
me estoy comiendo el postre. Nada, no la encuentro. Me da por buscar el nombre
del restaurante en Google y encuentro una página web arcaica. Si no hubiese
conocido dicho restaurante y hubiese visto antes su web, me hubiese llevado una
muy mala impresión, porque dicha web no hace honor al restaurante. La cuestión
es que, como ya imaginas, no había ni rastro de una posible página de fans de
Facebook, ni siquiera de un perfil (error típico en algunas empresas que optan
por crear un perfil en vez de una página de fans).
“No puede
ser” me dije, no es posible que este restaurante tenga una página web
prehistórica y que no tenga presencia en redes sociales. Me extrañaba mucho
porque el restaurante es conocido y tiene buena reputación.
Entonces se me pasó algo por la cabeza. “Voy a preguntarle al
camarero cuál es la página de Facebook del restaurante”. Por un momento pensé
en no decir nada, no preguntar y largarme de allí. Pero luego pensé “¡Qué coj… narices!” y le pregunté al camarero.
- Perdona, no encuentro vuestra página de Facebook. ¿Podrías
decirme cómo la encuentro? Quiero dejar un comentario
- Mmmm, pues no sabría, déjame que pregunte.
A todo esto se presenta en mi mesa el dueño del restaurante.
Creo que la parte de “quiero dejar un comentario” les asustó más que otra cosa.
- Dígame caballero ¿en qué puedo ayudarle?
- Le preguntaba a su compañero cuál es la página de Facebook del
restaurante, quiero dejar un comentario.
- ¿Está todo bien? ¿No le ha gustado la cena? (me sorprendió que
me preguntase eso, quizá se pensaba que quería dejar un comentario negativo de
su local).
- Sí, todo excelente. Creo que hacéis uno de los mejores arroces
de toda Barcelona. Quería dejar un comentario en vuestra página haciendo referencia
al arroz.
- ¡Ahhh! Pensaba que quería quejarse. Lo siento pero no tenemos
página de Facebook.
Ahí es donde yo vi mi oportunidad. La situación me permitió
hacerle ver al dueño del local lo que se pierden por no tener presencia en
redes sociales y cómo otros restaurantes le están sacando provecho. Además,
aproveché eso sí, para comentarle la mala impresión que me dio la página web
del restaurante. En los 5 minutos que estuve hablando con él le solté mi speech
y le dejé claro que podría ayudarle.
- ¿No tendrás por aquí una tarjeta?
¡Dios! No, no llevaba ninguna. Le apunté mi teléfono en una de
las tarjetas de su restaurante. Poco elegante y poco eficaz porque pensé que
jamás me llamaría. Dos días después se puso en contacto conmigo y hoy, unos 20
días después, le he hemos pasado la primera factura desde mi agencia Young
Media.
¿Qué te quiero decir con esto? Que por un momento estuve a punto
de no preguntar, de dejar pasar la ocasión.
En este
caso dejarla pasar no me habría hecho perder dinero, pero sí dejar de ganarloPero
¿por qué no visualizamos la película bonita? La película en la que ganamos, en
la que conseguimos lo que queremos, la película en la que la recompensa merece
la pena.
¿Te tomas
un café conmigo? ¿Me acompañas a comer? ¿Me puedes dar tu teléfono? ¿Te puedo
enviar un email? ¿Te puedo comentar mi proyecto? ¿Conoces a alguien que me
pueda ayudar? Todas estas preguntas las puedes aplicar tanto en tu vida
personal como en tu vida profesional.
Hagámonos el favor ¡preguntemos! El no ya lo tenemos, la
probabilidad de éxito es del 50%. ¿No crees que nos perdemos muchas cosas por
miedo a preguntar?
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