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domingo, 3 de junio de 2012

para que la quimioterapia no sea tóxica


Mensajes escritos en Chicago en el Día de los Supervivientes del Cáncer . | Reuters
Nadie duda de que la quimioterapia sea una de las grandes revoluciones en el tratamiento del cáncer y en la historia de la medicina. Pero, hasta ahora, se asumía que su eficacia a la hora de controlar o eliminar los tumores venía con un precio que pagar. Al atacar a las células cancerosas, los potentes fármacos que componen los cócteles quimioterapéuticos acababan también con muchas células sanas, lo que provoca la conocida toxicidad de la 'quimio', la que hace que se produzcan sus efectos secundarios más conocidos, como la caída del cabello, el cansancio generalizado y las bajadas de defensas.
Por esta razón, la llegada de los anticuerpos monoclonales, fármacos biológicos dirigidos hacía dianas o antígenos específicos, fue acogida con gran entusiasmo por la comunidad científica (sus descubridores acaban de ser galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación).
"El tratamiento sin 'quimio' es un hito en la historia del cáncer de mama", explica un experto
Además de ser mucho más eficaces que la quimioterapia para grupos específicos de pacientes, carecían de gran parte de los efectos secundarios de los tratamientos tradicionales. Sin embargo, a pesar de las bondades de estos fármacos, casi nunca se administran solos, sino en combinación con quimioterapia. Así, hasta ahora, se veía lejos el fin de este tipo de terapia, que continúa siendo un pilar fundamental en el tratamiento del cáncer.
Un estudio presentado en la sesión plenaria (la que recoge los estudios más importantes) del Congreso de la Sociedad Estadounidense de Oncología Médica (ASCO) podría cambiar por primera vez ese concepto. De forma pionera para tumores sólidos, el fármaco T-DM1, ha logrado introducir con éxito una quimioterapia dentro de un anticuerpo monoclonal, dirigido hacia las células cancerosas que expresan la proteína HER-2.
Según publica 'The New York Times', que cita al investigador farmacéutico francés Alain Beck, hay 25 fármacos de este tipo en ensayos clínicos. De hecho, el primer anticuerpo 'cargado' con 'quimio',brentuximab vedotin, se aprobó el año pasado para tratar el linfoma de Hodgkin y un cáncer raro del sistema linfático, linfoma anaplásico sintético de células grandes (ALCL). En su caso, en vez de dirigirse a las células que expresar HER-2, deposita la quimioterapia en las que expresan la proteína CD-30.

Un gran avance

El trabajo presentado hoy, denominado 'Emilia', podría cambiar las opciones para las pacientes de cáncer de mama avanzado pero, más allá, abre la puerta a nuevos ensayos en los que la quimioterapia tal y como se conoce hoy en día desaparezca. "El tratamiento sin 'quimio' es un hito en la historia del tratamiento del cáncer de mama", explica a ELMUNDO.es el director asociado del Massachusetts General Hospital Cancer Center (Boston), Josep Baselga.
Este oncólogo, que ha participado en 'Emilia', define a T-DM1 "como un misil con cabeza atómica". Baselga detalla que en el nuevo medicamento se usa el trastuzumab, un anticuerpo monoclonal, como vía de entrada para una quimioterapia "10.000 veces más potente" que la tradicional, llamada emtansina (DM1). Se trata de un tratamiento que en su día se estudió para el cáncer y que se tuvo que interrumpir por su toxicidad pero, al unirse al trastuzumab, se consigue que su acción se limite solo a la célula tumoral.
"No hay caída de cabello, no hay cansancio, no hay bajada de defensas. Tiene implicaciones profundas", añade
El estudio se ha realizado en más de 1.000 pacientes (también españolas) que, afortunadamente, constituyen las menos de las afectadas por cáncer de mama: aquellas con un tumor HER-2 positivo (lo son aproximadamente el 20% de las enfermas de tumor mamario) que, tras recaer del tratamiento inicial con cirugía, quimioterapia y trastuzumab -con el que se cura el 80% de las afectadas- hasta ahora eran asignadas a terapia con capecitabina y lapatinib.
'Emilia' demuestra es que el nuevo medicamento obtiene una mejor supervivencia libre de enfermedad, que aumenta de 6,4 meses a 9,6. Sin embargo, lo que destaca Baselga no es tanto este dato, como el "cambio de concepto del tratamiento del cáncer de mama".
"Por primera vez, una terapia sin quimioterapia es mejor que un tratamiento con 'quimio', sin sus efectos secundarios, no hay caída de cabello, no hay cansancio, no hay bajada de defensas. Tiene implicaciones profundas...", reflexiona el experto.

La 'quimio', aun necesaria

"Es un concepto muy interesante", señala el director del Departamento de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron, Josep Tabernero, que comenta que puede servir para rescatar quimioterapias antiguas "extremadamente tóxicas".
Eso sí, este experto apunta a que esta estrategia sólo se podría utilizar contra células cancerosas con receptores en la membrana, como es el caso de las de tumores HER-2 positivos. "El resto de los cánceres de mama, el 80%, tienen receptores hormonales, pero esos no están situados en el borde de la célula, luego no serían sensibles a esta estrategia", comenta Tabernero, que cree que es un poco idealista hablar del fin de la quimioterapia.
El jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Tumores Digestivos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIO), Manuel Hidalgo, coincide en que 'Emilia' es "un buen estudio" porque la estrategia, "con la que se lleva especulando alrededor de 20 años", ha tenido por primera vez éxito en tumores sólidos.
El fármaco usado en 'Emilia' se está probando ahora en combinación con otro anticuerpo monoclonal y, eventualmente, se ensayará como tratamiento de primera línea, es decir, se aplicaría a aquellas mujeres con cáncer de mama positivo a HER-2 que no han recaído. Según Baselga, "siempre que se ha probado algo con éxito en enfermedad metastásica ha acabado logrando mejorar la supervivencia como terapia adyuvante (para mujeres recién operadas en las que se pretende evitar la aparición de un cáncer en el futuro)".

Más aplicaciones

Su experiencia en este sentido permite predecir que, en el cáncer de mama HER-2 positivo, se pasará "de un 80% a un 95% de curación, pero sin efectos secundarios". "Estoy convencido de que curaremos la enfermedad metastásica", vaticina.
El director del Servicio de Oncología de la Fundación Jiménez Díaz, Jesús García Foncillas, que no ha participado en el estudio, especula por su parte con la posibilidad de que el fármaco se utilice en otros tipos de cáncer que también expresan HER-2, como el gástrico.
Genentech, la biotecnológica de Roche que ha desarrollado el fármaco, pretende pedir la autorización a finales de año, lo que podría suponer suautorización en 2013. Ya intentó conseguir la aprobación en 2010, sin éxito porque los ensayos no habían sido suficientes.

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